el Señor les dé
su paz.
Continuando con la temática propuesta para este año “la comunidad expresión de la fraternidad", que nos ayudará a profundizar nuestro sentido de identidad y pertenencia a la familia Conventual, les propongo para que esta Cuaresma sea un tiempo de fe y conversión, la oportunidad de recordar, entender y vivir el primer nombre que se le dio a nuestra Orden: "los penitentes de Asís".
Deseo que a través de esto nuestras comunidades puedan entender y vivir el sentido teológico de la penitencia como actitud cotidiana de acogida y apertura al hermano, ya que no basta con dejar de comer o cambiar el tipo de alimentos que ingerimos los viernes y conformarnos con llamarlo o confundirlo con el ayuno.
Lo que se nos pide va más allá: una manera de vivir nuestra conversión y asociarnos a las iniciativas y actividades que la Iglesia hace por sus hijos, de manera especial por los que están alejados o cerrados a la gracia/amor de Dios.
En este tiempo de conversión personal y comunitaria, pidámosle juntos a Dios que nos conceda una mirada fraterna sobre los hermanos, las necesidades, iniciativas y actividades de nuestra Provincia, para hacer y recorrer juntos éste camino de conversión. Esta es la oportunidad para apoyar y apoyarnos en los hermanos con los que queremos vivir nuestra vocación, ya que fuimos llamados para vivir y construir la fraternidad.
Por eso exhorto a los guardianes a animar a las fraternidades que les fueron confiadas: a programar y proponer los modos de cómo pueden vivir de manera comunitaria la penitencia; a nutrirse de los escritos de san Francisco, como el oficio de la pasión y en donde exhorta a los hermanos a hacer penitencia; de igual manera propongo a los párrocos que inculquen y compartan con los feligreses nuestra espiritualidad (la penitencia y el ayuno de los franciscanos, así también a retomar el pan de los pobres de san Antonio de Padua, cada 13 de mes); de manera especial hago un llamado a las casas formativas, para que los rectores, den a conocer e inculquen a los frailes en formación inicial, de manera clara, el sentido teológico de la penitencia.
Bien hermanos, no me queda más que pedirle a nuestro Buen Dios, que nos conceda ver todo lo que Él nos da cada día, para que, aprovechándolo, vivamos nuestra conversión personal y comunitaria, y así con nuestra vida demos gloria al Dios que nos ha llamado a estar con Él, sirviéndolo en nuestros hermanos.
Saludos y bendiciones.
Fray
Francisco Díaz Valdez
Ministro
Provincial
Bosques
de Morelos, 03 de febrero 2015
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