VIVIR EL EVANGELIO
Hermanos el Señor les dé su paz
Con la gracia de Dios, hoy 01 de diciembre del 2013,
primer domingo de adviento, Él nos concede un año litúrgico, en donde a nivel
personal, comunitario y como responsables de las personas que forman las
comunidades eclesiales que se nos han confiado, tenemos la oportunidad de
caminar como hermanos, de crecer en el conocimiento del Dios con nosotros, de testimoniarlo con la vida cotidiana, porque un Niño se nos ha dado, y ha
venido para guiar nuestros pasos por el
camino de la paz. Siguiendo las palabras del Ministro General, fray Marco
Tasca, que están en perfecta sintonía con las reflexiones y propósitos del
Capitulo provincial que acabamos de vivir y que ahora con la vida cotidiana
vamos a encarnar. Las propongo como reflexión del camino del Adviento que estamos
comenzando:
“Vivir el Evangelio” es el título y el
contenido del Proyecto sexenal 2013-2019 para la Orden. En el Mensaje final a
toda la Orden, los hermanos participantes en el Capítulo general expresaron el
deseo de “Empezar desde el Evangelio”, conscientes de que sólo teniendo a Cristo como centro y
sentido de la vida (cf. VC
n. 95) podemos ser franciscanos “creyentes” y “creíbles” a los ojos de
los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Se trata de reconocer la primacía del
Evangelio en nuestras vidas, donde quiera que estemos. El Evangelio antecede a
toda forma de vida, ministerio o misión. Por otra parte, la Regla que hemos
profesado consiste, ni más ni menos que en observar el santo Evangelio de
Nuestro Señor Jesucristo. De todo esto se deduce, entre otras cosas, la
necesidad de vivir la fe en nuestras comunidades con cierta cualidad y
confianza recíproca, lo que llevaría a crear espacios comunitarios para
escuchar la Palabra de Dios y para la reconciliación, de modo que los hermanos
se animen a una vida fraterna donde la oración común tenga su importancia, con
una lectura orante y constante de la Palabra, compartiendo la vida de fe en los
capítulos conventuales, sin descontar otras mediaciones típicas de nuestra
tradición. Aspirar a la primacía del
Evangelio y anhelar la necesaria fe en nuestra vida nos hará madurar, o mejor:
seremos transformados, desde nuestra identidad carismática, en Hermanos Menores
Conventuales.
Bien
hermanos, que el Espíritu Santo nos prepare como a María, para acoger al Niño
que se nos ha dado, en nuestros corazones y darlo a la luz con una vida
coherente que manifieste nuestro ser hombres de Dios, que nos ayude a conformar
nuestra vida cada día a nuestro Señor Jesucristo, que se ha hecho como
nosotros, por nosotros. Les deseo buen camino de Adviento, que nuestro buen
Dios los llene de sus bendiciones, y que a través de cada uno de nosotros las
haga llegar a todas aquellas personas que tienen hambre y sed de Él.
Que nuestro Padre san
Francisco de Asís y nuestros hermanos que ya gozan de la gloria de Dios,
intercedan por nosotros, para conocer, hacer y vivir de la voluntad del Dios de
la misericordia.
Fraternalmente
Fray
Francisco Díaz y miembros del Definitorio.
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