"Viendo el bienaventurado Francisco que el Señor Dios le aumentaba de día en día el número de seguidores, escribió para sí y sus hermanos presentes y futuros, con sencillez y en pocas palabras una forma de vida y regla, sirviéndose sobre todo, de textos del santo Evangelio, cuya perfección solamente deseaba" (1 C 32).
Por eso, hermanos todos, toda la vida de los Menores es ésta: observar el santo Evangelio, que es virtud de Dios para la salvación de todo creyente y fuente de perfección, del cual los hermanos menores aprenden y escogen vivir en obediencia, en castidad y sin nada propio, y seguir la doctrina y el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo.
Hermanos, ahora que los tiempos cuestionan el Evangelio mismo y los discípulos de Cristo, perseveremos con humildad y constancia en el seguimiento de Jesús. Él es nuestra recompensa ya desde ahora, Él es la verdadera vida de nuestras vidas, Él es nuestro único puerto seguro. Obedezcamos sus palabras, amemos con su Fuego en nosotros, dejemos de lado todo cuanto nos estorba en nuestra entrega generosa. Hoy es el tiempo de salvación, hoy es el tiempo de gracia.
Si eres fraile o si deseas serlo, el Señor nos llama a seguirle sin reservas, con un corazón alegre, generoso y dispuesto a darlo todo por Él y en agradecimiento a su llamada a la salvación. Dios busca hermanos de Francisco de Asís para continuar su obra, busca obreros para su mies, que no miren atrás, que fijen la mirada llena de esperanza en lo que vendrá, en su Reino de justicia y paz.
Hermano, sé verdadero Hermano de Cristo y de Francisco, su pequeño y menor siervo!!!
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